Las culturas antiguas reconocen que nuestra vida y destino están íntimamente ligados a nuestro entorno. Nuestros alrededores, el estilo de nuestros edificios y la distribución interior de estos, afectan profundamente en nosotros.
El FENG SHUI (aire y agua) surgió en China hace miles de años y apunta a la creación de ambientes que se adapten a nuestras funciones aprovechando al máximo el flujo de energía o corriente, CHI.
Simplemente con una reorganización del mobiliario o del espacio, usando colores apropiados y aplicando correctamente los principios del diseño, se experimenta una mejor armonía, menos estrés.
También es muy importante la reordenación del espacio, la acumulación de objetos impide un buen flujo de energía en la casa; proyectos a medio hacer o que nunca se empezaron, objetos que no se quieren o que no se utilizan, cualquier cosa rota desde hace tiempo, regalos no deseados que conservamos ‘en caso de que nos visite quien nos lo regaló’, revistas o periódicos acumulados que no leeremos nunca…
El problema a la hora de evaluar el Feng Shui en nuestra propia casa es que estamos tan acostumbrados a vivir en ella que a menudo no nos damos cuenta de si ésta proporciona una buena o mala sensación.
Algunas normas del Feng Shui son muy adecuadas para la cultura china pero no funcionan tan bien en occidente; esto es debido a la diferencia de idioma.
Por ejemplo el número 4 es considerado por los chinos un número desafortunado ya que fonéticamente suena de modo similar a ‘muerte’.
El Feng Shui hay que considerarlo como una herramienta de ayuda para mejorar las diferentes áreas de nuestra vida.
Mi primer contacto con el Feng Shui fue a los 14 años, fui a China a conocer a mi familia paterna y mi abuela me habló del Feng Shui; me pareció algo muy interesante.
Cuando vivía en Londres me surgió la oportunidad de estudiarlo.
Me gusta conocer mis raíces, la cultura china es muy rica y compleja, todo tiene un porque, una razón de ser.
Mi profesión está íntimamente ligada al Feng Shui, lo cual no quiere decir que la aplique siempre, únicamente si el cliente lo desea.
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